Más allá de los números: Un enfoque de género de las elecciones legislativas nacionales del domingo 26 de octubre

El domingo 26 de octubre de 2025 se llevaron a cabo las elecciones legislativas nacionales en la República Argentina, mediante las que se renovaron 127 bancas de la Cámara de Diputados/as y 24 bancas del Senado. Te contamos cuáles fueron los resultados de las elecciones nacionales con un enfoque de género.

Desde el año 2017 rige en la Argentina la Ley de Paridad de Género en los ámbitos de representación política nacional, una norma que vino a corregir un desequilibrio histórico en la presencia de mujeres dentro de los espacios de toma de decisión. Antes de su sanción, con la Ley de Cupo, la participación femenina encontró un techo y se estancó en el 30% y ocupar los puestos más altos en las listas dependía casi exclusivamente de la voluntad de los partidos o de liderazgos individuales. La ley introdujo un principio básico de justicia democrática: si la política define cómo se organiza la vida en sociedad y esta está conformada en un 50% por varones y un 50% por mujeres, las mujeres deben estar representadas en esas mismas proporciones en los lugares donde se toman esas decisiones.

El domingo 26 de octubre de 2025 se llevaron a cabo las elecciones legislativas nacionales en la República Argentina, mediante las que se renovaron 127 bancas de la Cámara de Diputados/as y 24 bancas del Senado. Te contamos cuáles fueron los resultados de las elecciones nacionales con un enfoque de género.

 

¿Cómo fueron los encabezamientos de las listas para la Cámara de Diputados/as?

Si promediamos los datos de todas las provincias, sólo el 29% de las listas estuvieron encabezadas por mujeres (para las elecciones generales legislativas de 2023 los encabezamientos de mujeres fueron el 26%). Sin embargo, detrás de ese número hay fuertes contrastes territoriales. En Neuquén el encabezamiento femenino alcanzó el 67%, en Salta el 44%, y en Jujuy y Río Negro el 43%. En el otro extremo, Santa Cruz (13%), CABA (12%) y San Juan (11%) se ubicaron entre las provincias con menor presencia de mujeres al frente de las listas.

 

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¿Cómo quedará conformada la Cámara de Diputados/as en términos de género?

De las 127 bancas en disputa, 56 serán ocupadas por mujeres. Al observar cómo quedará conformada la Cámara de Diputados a partir del 10 de diciembre de 2025, se advierte un leve retroceso en la representación femenina: se pasa del 43% actual al 41%. Esta caída de dos puntos porcentuales se suma a la reducción registrada en la elección anterior, cuando la participación de mujeres ya había descendido tres puntos.

 

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¿Cómo fueron los encabezamientos de las listas para la Cámara de Senadores/as?

Si promediamos los datos de todas las provincias, el 25% de las listas al Senado estuvieron encabezadas por mujeres. En ningún caso se superó el 50% de encabezamientos femeninos. En las elecciones generales legislativas de 2023 el 20% de las listas fueron encabezadas por mujeres.

 

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¿Cómo quedará conformada el Senado en términos de género?

De las 24 bancas en disputa, la mitad serán ocupadas por mujeres. Al observar cómo quedará conformada la Cámara de Senadores y Senadoras a partir del 10 de diciembre de 2025, se advierte un leve retroceso en la representación femenina, que pasa del 47% actual al 46%.

 

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En términos técnicos, la Ley de Paridad de Género se cumple: las listas respetan la alternancia y los porcentajes se mantienen cercanos al equilibrio. Las variaciones, como los leves descensos observados en estas elecciones, responden a la cantidad de bancas en juego o a la distribución de encabezamientos por género, no a un incumplimiento de la norma. 

A 6 años de su sanción, ninguna de las cámaras logró el 50% de representación femenina: el máximo histórico de la cámara de diputados fue el 45% alcanzado en el período 2021-2023 y el máximo histórico del senado fue el 47% del último período. La baja cantidad de encabezamientos de listas (en promedio 25% para el senado y 30% para diputados) es un dato relevante en cuanto demuestra que en su mayoría los primeros puestos se les sigue asignando a varones, demostrando una baja valoración sobre la participación real de las mujeres en las mesas de discusión. Sin embargo, el bajo encabezamiento no termina de explicar el fenómeno.

La verdadera discusión hoy trasciende la dimensión numérica y tiene que ver con qué intereses se representan en los órganos de toma de decisión. El desafío pendiente es la calidad de la representación: qué temas se priorizan, qué voces son escuchadas y qué agendas se sostienen dentro del Congreso. En ese plano, la agenda de género y diversidad ha quedado desplazada del debate político, incluso deslegitimada por ciertos sectores. 

A ello se suma una deuda estructural: la ausencia total de personas trans y travestis en las listas y en las bancas electas, una muestra concreta de la exclusión que todavía atraviesa a este colectivo.