Algunas respuestas configuran actos de violencia simbólica ya que se reproducen estereotipos de género que limitan a la mujer a tareas domésticas con el fin de desvalorizar sus aportes y capacidades para dialogar y opinar de política y asuntos públicos:

Otros comentarios:

La precandidata manifestó su solidaridad con las mujeres Afganas:

Algunas de las reacciones se desviaron del tema y provocaron agresiones de orden sexual y simbólico, en tanto se la objetiviza con comentarios sobre su cuerpo:

La precandidata fue entrevistada en el canal TN y recibió comentarios violentos:

En el posteo donde se citan fragmentos de la entrevista recibió respuestas violentas y que buscan provocar humillación:

Los ataques sexuales que reciben las políticas constituyen un ejercicio de poder y de búsqueda de control sobre los espacios que ocupan y su derecho a opinar. En los tweets relevados, la referencia a violaciones y abusos sexuales para describir un intercambio/debate político es un acto de violencia. No solo denigra a la mujer, sino que estos discursos funcionan como una amenaza velada porque revelan la pretendida apropiación del cuerpo de las mujeres por parte de los varones como modo de adoctrinamiento y silenciamiento.

Se la intenta ridiculizar a través del uso de memes que buscan instalar la idea de que la precandidata no posee las capacidades necesarias para el cargo al que se postula.

Otra de las respuestas vuelve a sexualizar a la precandidata:

Sin importar el tema que en discusión o el contenido del tweet, las referencias al cuerpo y la sexualidad son maneras de objetivizar y humillar a la candidata.

Varias de las respuestas poseen un alto nivel de violencia que mezcla violencia de género y xenofobia:

La exposición a medios masivos de comunicación produce que la precandidata tenga más alcance, por ende mayor llegada e impacto en las redes sociales. Esto se traduce en más respuestas negativas. Existe una retroalimentación entre las redes sociales y los medios tradicionales de comunicación masiva donde en muchas ocasiones la dinámica termina tergiversando los hechos, produciendo y circulando mensajes de odio y violentos.

La repercusión que tuvo en redes fue alta. Muchos de los comentarios hacen alusión a la supuesta incapacidad y por otro lado siguen cosificando el cuerpo de la precandidata, no solo sexualmente sino que también haciendo comentarios estigmatizantes:

Los comentarios sobre formas de vestir y la apariencia física de las mujeres se perciben como maneras de estigmatizarlas porque transmiten la idea de que los logros políticos se deben a ser lindas o acostarse con alguien

De nuevo producto de la exposición mediática la precandidata recibe una ola de respuestas agresivas. Un estudio de ELA comprobó que muchos de los equipos de prensa de las candidatas gestionan las redes sociales “borrando” aquellos comentarios percibidos como agresivos o violentos, como una estrategia para no reproducirlos con su publicación

El mismo día de las elecciones, compartió un comunicado

Algunas de las respuestas que recibió fueron:

Luego de conocer los resultado de las elecciones, donde Manuela obtuvo menos votos que la precandidata Cynthia Fernández, se la trató de atacar desmereciéndola diciéndole que hasta la propuesta política, vaga y que se focalizó en la sexuaización del cuerpo, como la fue la de Cynthia, logró obtener más votos que ella.

El 14 de septiembre fue entrevistada en América Tv

Algunas de las respuestas que recibió a raíz de ese posteo fueron:

Distintas investigaciones evidencian que la crítica a la capacidad de las mujeres responde a la lógica patriarcal que las liga simbólica y materialmente al ámbito privado. Por ello, cuando una mujer rompe dicho esquema normativo y se desarrolla en el ámbito público político, es vista como fuera de lugar y se subestima su palabra.